Resulta sorprendente considerar que una institución que debe ser absolutamente jerárquica, obediente, Estatal y justa es sus decisiones como lo es Carabineros de Chile y PDI, tengan institucionalizado y aceptado por políticos y policías que agrupaciones de civiles, principalmente adinerados, hayan creado clubes de amigos de la policía, llamados Círculos de Alguaciles, donde entregan recursos a las comisarias e instalaciones policiales locales, aparentemente tratando de suplir una deficiencia en la entrega de recursos tanto de la Dirección General de Carabineros como del mismo gobierno; pero que, sin embargo, son un nido de corrupción incipiente, prestándose para favores personales, inmunidad ante ciertas infracciones y tráfico de influencias, ejemplos recientes tenemos como el caso de Colonia Dignidad y las Unidades Policiales de Parral. Resulta impensable para un país serio, estable y en vías de desarrollo depender de donaciones privadas en la labor policial y más aún permitir este tipo de regalos sin ningún tipo de control; neumáticos, bencina, licores, asados y un sinnúmero de bienes y servicios son entregados y no regulados a la policía. Es urgente prohibir por ley este tipo de asociaciones y sancionar cualquier acción que pueda desarrollar en el futuro algún tipo de corrupción policiaca.
