25 julio 2013

Libres imputados por golpiza gay. Movilh mostró rechazo ante la decisión

Ayer conmemoramos un año de la puesta en marcha de la Ley Zamudio; aún así los agresores de Esteban Navarro, quien fue amputado de pierna, siguen libres.

11 julio 2013

La Rana Darwin es inocente.


Después de las primarias hemos leído y escuchado una avalancha de análisis políticos para explicar lo sucedido, tanto con Michelle Bachelet como también para Andrés Allamand; una victoria contundente, por un lado, y por el otro, una bullada derrota. Una posibilidad es que se está enfrentando lo que Cristóbal Bellolio denominó el fenómeno “Mega-Bachelet”. Pero eso no explica el fracaso de Andrés Allamand, que era el más inesperado según las ya tristemente célebres encuestas electorales.
Allamand, una infancia normal, una pubertad aprendiendo a ser oposición, un desarrollo profesional en el mundo privado y una adultez como mediador entre las fuerzas políticas de la dictadura y de las figuras públicas contrarias a Augusto Pinochet.   Se convirtió en uno de los líderes de la derecha; joven, inteligente y muy directo, logró ganarse el respeto de moros y cristianos, hasta su fracaso electoral de 1997 que lo (auto)exilió hasta su reintegro en el Senado el año 2005.        Renovación Nacional de manera natural se ordenó en torno a su figura, nadie cuestionaría su liderazgo como fundador, presidente, diputado, senador y ministro ligado a la tienda de Antonio Varas.            Este ascenso en la carrera política, y considerando que el actual gobierno es de la Alianza, constituía la oportunidad perfecta para postularse a la primera magistratura de la nación. Entonces ¿qué falló?
Lo que falló fue el guión. La caída de Laurence Golborne fue un alivio para él. Ya no temería por perder el voto de centro-derecha liberal; eso se había asegurado ya que el reemplazo del ex-ministro de OOPP era Pablo Longueira, un duro de la derecha. Sin embargo, el error fue pensar que ese segmento de electores estaba cautivo. El discurso político de Allamand se cargó al extremo en términos valóricos,  buscando encantar a los votantes que siempre sufragaban por RN o la UDI. Ese porcentaje extra le aseguraba la victoria en primarias, pero la estrategia olvidó los cambios culturales que estaba experimentando el país y, asumiendo que el voto de centro-moderado no se levantaría  para presentarse en los locales de votación, busco identificarse con aquellos que aunque llueva o truene siempre estaban presentes, el voto duro, ultrón, de derecha y/o los jubilados que añoraban el “gobierno militar” y la baja delincuencia de esos años (delincuencia común, no de Estado, claro está).
El resultado fue que Andrés Allamand no logró diferenciarse de Pablo Longueira y ahí cometió el peor error en su carrera política. Las primarias tuvieron una participación que superó cualquier cálculo previo: más de 3 millones de personas se levantaron y fueron a votar. Muchos de ellos vieron en Andrés Velasco, y no en Allamand, una alternativa real de liderazgo para los apáticos liberales El ex-secretario de Estado en la cartera de Hacienda, a pesar de ser ministro de una ex-presidenta socialista, encarnó de mejor manera aquellos principios liberales, económicos y valóricos que el históricamente llamado “liberal de RN” trataba de monopolizar.        El voto de centro y de centro-derecha no se vio reflejado en la figura de Andrés Allamand porque no ofrecía ninguna postura liberal: La negación al matrimonio igualitario, a la despenalización del auto-cultivo de marihuana, al aborto (especialmente en casos de violación), fue la lápida y el epitafio de su carrera presidencial. Es importante recordar que en la elección municipal Andrés Allamand se marginó de apoyar a los candidatos de su partido, argumentando su neutralidad como ministro de Estado. Muchos de ellos no se lo perdonarían y le devolverían la mano cuando él necesitara ayuda.
Ahora, un candidato nunca está solo. Siempre hay un equipo, pero este grupo era encabezado mediáticamente por el Presidente de RN, Carlos Larraín, que ejerce un impresionante rol repelente para ahuyentar a cualquier persona que tenga menos de 40 años. Y finalmente, mención honrosa merece la gran capacidad de organización de la UDI, que puede motivar hasta el más octogenario y olvidado simpatizante gremialista, algo que RN siempre ha envidiado.
En resumen, Allamand no ofrecía cambios estructurales o de fondo, no ayudó a sus correligionarios de partido cuando era necesario, no se diferenciaba de su contrincante, y se identificaba con un gobierno cuya aprobación ha promediado el 30%. Es decir, era menos atractivo que un disparo en el brazo.
Entonces no culpemos a la rana Darwin, que solo agregó a la campaña un poco se simpatía, algo que el candidato nunca ha tenido.
COLUMNA DE OPINIÓN PUBLICADA EN WWW.ELDINAMO.CL 

01 julio 2013

Soy homosexual y en la defensa por mis derechos yo NO le tengo miedo ni ...

Aunque no estoy completamente de acuerdo con la afirmación, vale la pena que vea el vídeo de José Miguel Villouta sobre Matrimonio Igualitario y política.

29 junio 2013

Primarias: A votar!

Nuevamente @StefanKramerS hace de las suyas! Buenísimo vídeo que llama a votar en las primarias por los mismos candidatos!



Óscar Rementería: El otro lado de la derecha

Muchas gracias Sebastián ( @sdavcast ) y David ( @deiviaguayo ) por considerarme en su trabajo audiovisual! quedó buenísimo; estos cabros tienen futuro en los medios!