En
el día de hoy, la sala del Senado votará un proyecto emblemático en materia de
derechos humanos: la denominada “ley anti-discriminación” que, por presiones de
grupos conservadores, ha tenido una tramitación excesivamente lenta (¡fue ingresada
en el año 2005!).
A
pesar de las deficiencias de esta normativa —por ejemplo, el no incluir
acciones afirmativas del Estado—, para las organizaciones de la Diversidad e
Igualdad resulta esencial que, entre las categorías sospechosas de discriminación,
se incluyan las de orientación sexual y de identidad de género. La primera,
contemplada en el proyecto original, se refiere a la comunidad homosexual:
lesbianas, gays y bisexuales. La segunda, incorporada mediante una indicación
(que, justamente, se votará por vez primera en la sesión de hoy), es aplicable
a la personas trans, que son aquellas que nacen con un desacuerdo entre su sexo
biológico y psicológico, siendo de las más discriminadas en esta sociedad como
así lo confirman diversos informes de derechos humanos.
Además,
incluir estas dos categorías, asociadas a la diversidad sexual, se condice con
los estándares internacionales en materia de derechos humanos y de no
discriminación. Chile ha suscrito cuatro resoluciones de la OEA y dos de la ONU
que establecen la necesidad de proteger los derechos humanos por orientación
sexual e identidad de género.
Como
militante de Renovación Nacional y ex Presidente de la Juventud RN, miembro de un
partido que cree profundamente en la libertad individual, espero que nuestros Senadores
estén a la altura de las circunstancias y que voten favorablemente esta
normativa, incluyendo las dos categorías arriba descritas. Hoy Chile puede dar una importante señal en
términos de valorar la diversidad humana y la dignidad de las personas como un
bien que enriquece a nuestra sociedad.