Uno de los mayores “gallitos” que se ha realizado en la sociedad chilena durante el último año tiene relación con la llamada píldora del día después; odiada por algunos y “caballito de batalla” para otros. Lo correcto es analizar los verdaderos alcances de este medicamento que ha mantenido al rojo vivo la llamada agenda valórica del gobierno. La primera pregunta que se debe hacer es: ¿es abortiva la píldora? No tengo idea, todos los días aparecen estudios que dicen que si, que no, que a lo mejor, puede ser, siempre y cuando, etc. Entonces no hay nada claro o mejor dicho cuando no hay evidencias que sostengan la culpabilidad de algo o alguien se le debe declarar inocente, entonces la pastilla es “no guilty” (como dicen en gringolandia). Sin embargo, tenemos instituciones que insisten en justificar ciertas posturas a base de escenarios hipotéticos, como ejemplo les recuerdo que hace poco un personaje con sotana declaraba que bajo ciertos escenarios especiales la píldora podía ser abortiva; ocupando los mismos argumentos bajo ciertos escenarios la aspirina puede ser letal y no por eso la vamos a prohibir. Tenemos que pensar en Chile y su gente, lo mejor para cada chileno y chilena sin perjudicar a otros para lograrlo, eso amigos y amigas es por lo que cada uno de nosotros debemos trabajar.
